La historia de cómo he adelgazado en 22 kilos: come, baila, ama

¡Un saludo a los lectores de mi blog! Para aquellos que están con nosotros por primera vez, voy a contar un poco sobre mí: me llamo lucía Cardoso, tengo 35 años, vivo en Córdoba con mi novio y mis dos hijos de su primer matrimonio, estoy trabajando como profesora de baile. Muchos dicen que tengo suerte con mi figura. Algunos creen que es la obra de duras sesiones de entrenamiento. Hoy quiero contarles la historia de mi vida y como me convertí en bailarina.

Hace unos años empecé una sucesión de fracasos: me enteré de la traición de mi marido, mi hijo mayor tenía malas amistades y mi pequeño negocio se desplomó. Yo estaba sentada en casa, sin vida miraba la tele y tenía demasiados problemas. No es de extrañar que, poco a poco, pero la verdad empecé engordar. En seis meses subí más de 20 kilogramos. Mi marido recogió sus cosas y se marchó, y para los niños, yo no dejé de ser la autoridad. Por supuesto, que ejemplo podría dar una madre-perdedora.

Amiga hizo todo lo posible para animarme, y me propuso inscribirnos en clases de salsa. Es un baile muy sensual que requiere de una buena movilidad y gracia! Pero ¿de qué gracia se puede hablar, si usted pesa 80 kilos?! Mi amiga con destreza cayo en los brazos de un guapo bailarín, y yo tenía vergüenza de mi peso, además perdía muy fácil el compás dela música.

En general, dos clases fueron suficientes para comprender que el baile no es lo mio, pero el mes de las clases ya está pagado... En ese momento me di cuenta el enorme problema que era mi exceso de peso. ¡Era necesario devolver la armonía y el respeto de los niños! ¡Quiero bailar! ¡Y en general, toda su vida había sonado con el escenario! ¡Estoy obligada a rehacer mi vida!

Estuve en una dieta estricta. Me alimentaba sólo con verduras y frutas, tomaba una gran cantidad de agua, paseaba por la noche. Aparentemente, el peso deberia derretirse frente a los ojos. Pero por alguna razón, la aguja de la balanza obstinadamente estaba en el lugar. Yo no podía ayudar a su cuerpo a deshacerse del exceso de peso, ni con comida sana y ni con caminatas por las noches. Noche tras noche, yo estaba sentada en internet y me escribía con unas gordas perdedoras como yo. Necesitaba apoyos y consejos. Yo estaba dispuesta a todo. En una de estas noches, mi amiga de internet me envió un mensaje privado con un enlace de una página web.

Era la tienda donde se venda el producto que adelgaza «Garcinia Cambogia Veda». Después de leer, me decidí a hacer el pedido. Antes no había probado ningún quemador de grasa, en general, estoy en contra de esos productos, pero la composición natural, me convenció en probarlo. ¡OH! ¡Si yo hubiese sabido que ese minuto cambiaria mi vida!

Cada día, de acuerdo con las instrucciones, tomaba Garcinia Cambogia Veda. Después de un par de días me di cuenta de que yo ya no tenía hambre por las noches. Una semana después, sentí que mi cuerpo empezaba a trabajar a la perfección - rápido y fácilmente me acostaba por las mañanas me despertaba alegre, mis intestinos comenzaron a trabajar bien, ha desaparecido la hinchazón. Me puse de pie sobre la báscula y abrí la boca de la sorpresa ¡- menos 5 kilos! No es de extrañar que comenzara a bailar mejor, yo sentía eso.

Día a día se me notaba en mí una modificación: he dejado de comer dulces, quiero caminar más y moverme. En una tarde fui a pasear con los niños y los patines por primera vez escuché un elogio de mi hijo: él me dijo que estaba más bella y astutamente me pregunto si no me había enamorado yo. ¡Oh! ¡En ese momento yo no tenía idea de que tan proféticas serían sus palabras!

¡Después de un mes simplemente nadie me reconocía! ¡Me las arreglé para perder 22 kilos! Tres veces a la semana iba a los bailes y cada día entrenaba cerca del espejo, incluyendo mi música favorita. Ver su cuerpo, poco a poco fase de hermosas y de esbeltas contornos - un verdadero placer! Después de todo he comprobado, como cada día pierdo peso de más, mi estómago lo tenía plano.

Otra vez dieron su resultado: me han invitado a un concierto en la escuela de danza y la primera vez en mi vida me sentí como una estrella, dando vueltas debajo de los ritmos ardientes en los ojos de varias decenas de espectadores. Después de la presentación, mi pareja me invitó a continuar la noche con una copa de vino. ¡Yo no podía negarme!

Como ya habrán adivinado - esa noche se hicieron realidad todos mis sueños. He adquirido la proporcionalidad, ¡Empecé mi profesión como bailarina profesional y encontré el amor de toda mi vida!